18 de gen. 2011

Atemporal

Ens vam conéixer a una revetlla d'estiu. Tu portaves un vestit amb flors de colors clars i el cabell solt amb una cinta taronja.. Ballaves amb les teues amigues i reies. No paraves de riure. I fou aquell riure teu, tan despreocupat, sense complexes, el que em va fer girar-me i perdre el fil de la conversa dels meus amics. Només amb mirar-te, em vas fer somriure. Giravoltaves amb aire absent al ritme de la música. Estaves allà, però juraria que la teua ment s'enlairava lluny de tu.

Em vaig apropar a tu i, en estar al teu costat, vas parar en sec i mirant-me amb un somriure a la boca em vas dir: "Ballem?" No recorde quina música sonava, ni tampoc quant de temps vam estar ballant. El següent que recorde es un bes sincer als llavis al portal de ta casa i un: "Em telefonaràs, no?"

Mentre pujaves les escales vaig despertar del meu somni i per por a que t'esborrares si no deia res vaig cridar: "Em dic Batiste!". Vaig poder escoltar el teu riure que ressonava a les escales: "Ja ho sabia jo això!".

El que va vindre després ja ho saps. Anys més tard et vaig confessar que aquella nit em va semblar atemporal, com si haguérem fet enrere el temps, i visquérem a una novel·la de Mercé Rodoreda. Tu em vas dir que sempre t'havies considerat d'una altra època.

14 de gen. 2011

La costera del gener

El cap ennuvolat, els ulls rojos i la boca seca. Sembla un típic quadre de ressaca però porte una setmana sense eixir de festa. Bueno, i quasi tampoc de casa.

Alce el cap i mire el rellotge. Ja són les onze i jo sense sopar... La veritat és que no tinc fam; tinc la panxa ben plena de beguda revitalitzant i aquesta vesprada crec que m'he menjat un paquet sencer de galetes.

Em trobe realment malament. Em fa mal el cap, la panxa i les orelles. Les tinc roges de portar els cascs pero si no me'ls pose se que no podré concentrar-me gens. En llevar-me'ls tornen a envaïr-me tots els sorolls de la casa. Acàs les parets són de paper?

El calor que fa a l'habitació m'atabala, però en obrir la finestra el fred de la nit entra a l'habitació i em fa venir un calfred horrible. En tancar la finestra sospire i tanque els ulls.

"Vinga va, un tema més i al llit".
Jo pensava que la costera del Gener era una altra cosa.

12 de gen. 2011

Una de espías

Cuando me asignaron esta misión no pensé que iba a ser tan fácil. Por lo que me contaron, le creí un tipo duro.

Después de observar su comportamiento durante tres días, llegó el momento de pasar a la acción. Me senté en la mesa en la que se sentaba siempre, en el bar donde solía ir a almorzar. Cuando entró por la puerta miró directamente a la mesa y al verme allí sentada se detuvo unos segundos. Desconcertado, se acercó a la barra y pidió lo de siempre. Cuando noté que me miraba de reojo, saqué su libro favorito de mi bolso y me puse a leer. Pude notar como sus ojos se abrían como platos y se ponía nervioso.

- Perdona, no he podido evitar fijarme en lo que lees. ¿Te gusta Kundera?
- ¿Qué si me gusta? Me pasaría leyéndolo toda la vida.
A partir de ese momento, fue todo pan comido.

Y ahora, después de 5 meses de relación, de haber empezado incluso a vivir con él, mis superiores quieren que lo deje estar; quieren intentarlo por otras vías. ¿Otras vías? No va a haber nada que haga a este hombre hablar si no soy yo.

Por eso he tenido que hacerlo. Y casi me ha dado pena. Pero ahora ya tengo todo lo que podía querer de él. Y en cuanto a él… Bueno, el rencor hacia sí mismo le ayudará a superar todo esto; incluso puede que recapacite y vuelva al buen camino.

Y de lo que tuvimos ya no quedará nada. Yo mañana cambiaré de nombre, y con ésta identidad se irá también todo lo que ha supuesto.

Borrón y misión nueva.

"En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad."

2 de gen. 2011

Satélites

“Estaba sentada en una mesa vacía, ajena a todo, jugando a fabricar cosas imposibles con una servilleta de tela blanca. Sentada con las piernas cruzadas; debajo del vestido arrugado por la postura asomaban sus piernas,  llenas de curvas que invitaban a pasear por ellas.”

Se despertó por la mañana y al darse la vuelta en la cama notó que estaba vacía. Después de unas cuantas vueltas, cuando se hubo acostumbrado a la luz que entraba por la ventana, se levantó y cogió una camisa que había tirada por el suelo. Se la puso y salió de la habitación abriendo la puerta con cuidado. Cuando llegó al final de las escaleras lo vio de espaldas en la cocina. Sólo llevaba unos calzoncillos, algo ridículos, con dibujos de colores, que le quedaban un poco estrechos.

- ¡Ñam! – Le susurró ella al oído acercándose por la espalda.
- Buenos días, preciosa.

Ella se sentó en un taburete de madera y se dedicó a mirarlo mientras cocinaba.
- Espero que tengas hambre, porque cuando me levanto con tiempo hago unos desayunos increíbles.
- Hoy tengo un hambre feroz.

Se sentaron a la mesa y empezaron a comer. Él la miraba de reojo entre mordisco y mordisco, ella parecía una niña pequeña desayunando antes de irse al cole.
- ¿Cómo te llamas?
- Luna.
- No te puedes llamar Luna.
- ¿Ah no? ¿Por qué, listillo?
- Porque tú brillas con luz propia, la luna no tiene luz propia. Anoche iluminabas la sala con tu presencia… A medida que me acercaba a ti podía notar cómo se iluminaba la habitación.
- Y, ¿por eso no me puedo llamar Luna?
- No es sólo eso. Es que, además, la luna tiene una gravedad muy pequeña. Tú tienes una fuerza de atracción increíble… Es imposible acercarse a ti sin acabar cayendo en tu órbita para darte vueltas el resto de la vida…
- Pues, mira por donde, aun así, me llamaron Luna.

Terminaron de desayunar en silencio. Él la miraba divertido. Mientras recogía la mesa, ella se le acercó por la espalda y le susurro al oído:
- Anda tonto, deja eso y vamos a follar.
Ella empezó a caminar hacía las escaleras y, a mitad de camino, dejó caer la camisa. Sus muslos se contorneaban al andar. Él se dio la vuelta y la siguió embobado mientras ascendía por las escaleras. Una vez arriba volvieron a hacer el amor como lo habían hecho la noche anterior; de manera salvaje, brusca, maleducada. Al terminar ella se quedó dormida en sus brazos y él la observó hasta que se despertó.

- No puedes llamarte Luna.
- Ya te he dicho que ese es mi nombre.
- Pero es que es imposible… No puedo parar de mirarte y, cuanto más te miro, menos me creo que ese sea tu nombre.
- Bueno, y, según tú, ¿cuál debería ser mi nombre?
- Deberías llamarte deseo.
- Pero deseo no es un nombre de mujer.
- Pues entonces Desirée, que en francés significa deseo.
- Muy bien, si tanto te gusta, puedes llamarme Desirée.

Volvieron a hacer el amor envueltos en las sábanas tantas veces removidas en una sola mañana. Él le susurraba al oído “me encantas Desirée”; ella no podía evitar esbozar una sonrisa al tiempo que se mordía los labios mientras gemía de placer.

- ¿No me preguntas mi nombre?
- No hace falta.
- Pero, ¿Cómo? ¿No te interesa nada más de mí?
- No. Y a ti tampoco de mi. Tú ya tienes todo lo que podrías querer. Esta noche volverás a tu casa, con tu mujer, con tus hijos, y yo seré sólo un simple recuerdo, una locura de aquel viernes en el que fuiste a una fiesta.
- No es cierto. Jamás podré sacarte de mi cabeza. Eres más que un recuerdo, eres un deseo, un pecado, un terrible anhelo que me niego a perder.
- A veces no nos queda más remedio que aceptar las cosas tal y como vienen, sin enfrentarnos a ellas.
- No Luna, no… No me hagas esto.
- ¿No me has dicho que no debería llamarme Luna?

Volvió a repetirse todo. Los mismos besos, las mismas caricias, los mismos gritos… Y cuando se dio cuenta, estaba vistiéndose para regresar a casa mientras ella se daba una ducha. La esperó sentada en la cama, rezando porque aquellos no fueran los últimos minutos a su lado. Cuando ella salió de la ducha le dio un tierno beso en la mejilla, diferente a todos los anteriores. Era un beso de despedida. Él lo notó y se fue, pensativo, cabizbajo e inquieto hacia casa.

"Cuando me acerqué a ella me deslumbró su belleza y apenas pude articular palabra. Sólo acerté a preguntarle su nombre. “Me llamo Desirée”, dijo, “si quieres me puedes llamar deseo”."

25 de des. 2010

Quiero saber todo de ti

Te conozco. Bueno, en realidad aun no, pero te quiero conocer. Se que haces cada día, adonde vas y a que hora vuelves a casa. Se que haces al llegar a casa, las películas que más te gustan y el lado de la cama en que duermes. A pesar de saberlo todo de ti, me falta algo. No llego a descubrir que es. Está en ti, a veces lo veo y otras no. No puedo explicarlo.

Por eso he decidido acabar con esto de una vez. Esta noche, cuando llegues a casa del trabajo y hagas la cena, te sentarás en el sofá y encenderás la televisión. Mientras buscas alguna buena película, que seguramente quieres ver hasta quedarte dormido, me acercaré a ti por la espalda y te pondré un paño con cloroformo tapándote la boca y la nariz.

No te dolerá, lo prometo. La anestesia será local, pero soy buena con el bisturí. No te imaginas las ganas que tengo de estudiarte intensamente y poder ver por fin eso que a veces me escondes. Lo guardas en el pecho, ¿verdad?

http://www.youtube.com/watch?v=4prOYlAcRRI

18 de des. 2010

Un año más

Me siento ante un papel en blanco dispuesta a repasar un año entero. A medida que empiezo a escribir, tengo la sensación de haberme quedado más con todo lo malo que me ha pasado que con lo bueno. Enfadada conmigo misma arrugo esa hoja de papel y saco una nueva del cajón del escritorio.

Al volver a empezar intento escribir primero las cosas buenas y a las tres lineas me invaden de nuevo los pensamientos negativos. "¿Se puede saber qué me pasa? ¡Ya está bien, centrémonos!". Entonces tocan a la puerta.
- ¿Si?
- ¿Puedo pasar?
- Claro, pasa.
- Hemos quedado a las 9, así que hay que salir de casa a las 8 y media como muy tarde. ¿Te duchas tu primero o me ducho yo?
- Ve tu, que estoy acabando unas cosas...
- Vale, pero no estudies tanto que se te van a freir las neuronas.

Cuando se cierra la puerta, la pereza me invade. Miro la cama y me apetece tumbarme hasta que pase todo. Pero no puedo hacerlo, así que intento volver a concentrarme en mi lista. Empiezo a escribir de nuevo, deprisa, porque se que me queda poco tiempo. Cuando ya llevo más de media página escrita, suena mi móvil y es un mensaje suyo, uno de esos típicos de año nuevo, que intentan ser graciosos. Seguro que se lo ha enviado a todo el mundo, ni siquiera le importo lo suficiente como para añadir mi nombre al final, o algún guiño a todo lo que hemos pasado juntos. Y ahí está otra vez mi pesimismo crónico.

Llaman a la puerta.
- Ya tienes la ducha libre.

Más enfadada conmigo que con él rompo la hoja y decido romper también con todo lo anterior, con todo lo malo però también con todo lo bueno. Si lo conservo y me aferro a ello alomejor me doy cuenta de que no era tan bueno como yo pensaba.

Pues nada, me voy a duchar y a prepararme para dar la bienvenida a lo que tenga que venir y, sobre todo, a despedirme de todo lo que se tiene que ir.

Un año menos.

28 de nov. 2010

Para no verte tanto, para no verte siempre...

Vamos a jugar a que no nos conocemos. Yo me pondré mi vestido nuevo, ese que guardaba para un día especial, porque pensé que el color combinaba con mi felicidad. Tú puedes llevar los ojos llenos de ilusión, hace tanto que no los veo que ni siquiera sé si los reconocería. Pasearemos por la misma acera distraídos, sin miradas de complicidad, sin cogernos de la mano. Vamos a ser desconocidos.

Entonces coincidiremos en el parque. Yo me sentaré a leer y tú llegarás con el periódico. Después de un rato leyendo, harás algún comentario del tipo “hay que ver cómo está el mundo…” y yo sonreiré y te miraré.

Y a partir de ese momento estaré atenta a todo, a cada beso y cada abrazo. A cada frase que yo diga y a todas tus respuestas. Estudiaré cada comentario y todas tus reacciones, y llegaré al fondo de esto. Quiero saber por qué, por qué tanto desprecio y dónde ha ido todo ese amor; por qué ya no lo veo.

Pudiste decírmelo y librarme de las dudas. Evitar que me reconcoma todo lo que hice y no debí hacer y todo lo que debí hacer y no hice. Pudiste simplemente entender porque quería entenderlo, y acabar con los delirios y las noches en vela. Pudiste ser compasivo. Pero ahora ya tengo la solución, vamos a ser desconocidos.

"Y ojalá que la luna pueda salir sin ti. Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta… Ojalá pase algo que te borre de pronto."

15 de nov. 2010

24 i jo

Em sembla increible com de breu poden resultar-nos els moments bons de la nostra vida tot i que, després, els conservem per a sempre. Cinc dies poden passar com un llamp per davant teua i, abans de que hages pogut respirar fondo i fer-te'n a la idea, tot se'n va com ha vingut malgrat la teua voluntat de retindre cada instant mentre el temps s'esgola.

L'olor de l'aire del teu poble sempre et desperta una sensació de pau i benestar en arribar a casa. En aquestes dates, a més, la pólvora sura per tot arreu i es poden escoltar els riures de la gent i les primeres notes musicals de la nit mentre s'ultimen preparatius.

En arribar a casa i quasi sense saludar ningú et poses el teu uniforme i agafes les claus, disposat a no tornar fins que isca el sol. Et dirigeixes al teu cau i, quan arribes, tot son cares d'amics, salutacions, abraçades, petons i somriures familiars que et recorden perque ets allí i com t'agrada ser-hi. Mentre comencen les fluctuacions de menjar i beguda i es fa una poc solemne cerimònia d'inauguració, algú mira el rellotge i diu: "no deuríem de ser ja allà?" i efectivament... "I com sempre els últims, tenim a tots esperant".

Aleshores, a corre-cuita, agafeu provisions i vos dirigiu al punt de trobada. Després d'una estona amb el cos ple de neguit, s'escolta el vostre nom pel micròfon i ja es pot dir que tot comença: la primera cercavila de moltes que vindràn, els primers crits que deixaran goles afòniques i els primers balls d'una setmana que n'estarà més que plena.

"I arribarà l'última nit i no voldràs que isca el sol..." Parpelleges i quan obris els ulls ets de camí a "casa", sense veu però amb un calendari eròtic baix del braç, deixant enrere tot allò que t'estimes amb bogeria i començant a trobar a faltar una altra vegada. T'adorms al tren i somies moments viscuts. Potser que fins i tot alguna llàgrima regalime per la teua galta però només et queda somriure i pensar que ja queda menys.

"Sempre estarem al teu costat..."
24 i jo.

8 de nov. 2010

#7

Pasamos más de media hora sin decirnos nada, tendidos en la cama, desnudos. Yo apoyaba mi cabeza en tu pecho y tu jugabas a enredarme el pelo.

- Me haces daño...
- Perdona, ya paro...
- No, no me refería al pelo. Quería decir que me haces daño, en general.
- ¿En general? ¿De que daño me hablas? ¡Si nunca te has quejado!
- Porque no me había dado cuenta. Pero, si te paras a pensarlo, estoy segura de que te darás cuenta de que, en realidad, me haces mucho daño.
- No entiendo que quieres decir. Siempre te trato bien, no puedes tener queja de mi.
- No es el daño que me haces queriendo, no es un daño físico. Esque me dueles, pero no sé cómo explicartelo...
- Bueno, pues lo siento mucho, no pretendía hacerte ningún daño... No sé porqué te ha dado ahora por ponerte así.

Me levanté un poco mareada y busqué mi ropa en el suelo, tu te incorporaste.

- ¿Adónde vas? Son las 3 de la mañana y no hay nadie por la calle. Espera un poco y te acerco a casa.
- Prefiero irme andando, así me despejo un poco.
- Ala, pues muy bien. Enfádate y vete. Cuando se te pase la tontería ya vendrás a explicarmelo.

Al salir a la calle noté que abrías tu ventana pero no quise girarme. No volviste a hablarme, por orgullo, y fue lo mejor. Aun ahora me duele pensarlo pero es lo que tuvo que pasar. Me hacías mucho daño.

31 d’oct. 2010

And so it is...

Se pasó años mirándome, con unos ojos castaños que nunca pude entender. Aprendí a interpretar sus miradas de mil maneras diferentes y creo que nunca acerté. Cuando no me miraba lo echaba de menos y, sin embargo, tenerlo cerca incluso me daba un poco de miedo.

Cuando por fin me armé de valor para preguntar, sólo me dijo: I can't take my eyes off you. Entonces se dio la vuelta y se alejó caminando hasta que lo perdí de vista. Y, con él, se fue todo, aunque no sé adónde.

And so it is, the shorter story...

The Blower's Daughter